El flujo de inmigrantes y refugiados a los Estados Unidos aumentó durante el año pasado, lo que ayudó a reponer la fuerza laboral estadounidense después de una disminución que comenzó con las restricciones impuestas por la administración Trump y que se vio agravada por la pandemia.
La administración de Biden ha estado acelerando el procesamiento de visas y utilizando ampliamente los programas de libertad condicional humanitaria para los migrantes que huyen de la guerra y la inestabilidad económica.
El informe de empleo para enero, que muestra un aumento de 517.000 puestos de trabajo, confirma que la economía sigue demandando más mano de obra sin embargo, la moderación del crecimiento de los salarios sugiere que están llegando suficientes trabajadores para mantener los costos bajo control.