Los negociadores del Senado y la Casa Blanca están cerca de llegar a un acuerdo sobre nuevas políticas de inmigración que desbloquearían la ayuda para aliados extranjeros, pero aún existen brechas significativas. Mientras se avanza en las conversaciones, los desacuerdos sobre el uso del parole humanitario por parte de la administración Biden para permitir a ciertos migrantes vivir y trabajar temporalmente en EE. UU. siguen siendo un punto crucial.
Según informes, los republicanos buscan restringir el uso de esta autoridad de “parole” del presidente Biden, argumentando que la administración ha abusado de una herramienta diseñada para alivio humanitario. Limitar este poder sería una concesión significativa por parte de los demócratas. Este programa de parole humanitario ha sido utilizado para otorgar autorización legal rápida a personas que huyen del régimen talibán y la ocupación rusa en Afganistán y Ucrania, respectivamente, así como a migrantes de Cuba, Haití y Nicaragua.
Estas conversaciones son cruciales para obtener la aprobación de nueva ayuda extranjera en el Congreso. Los republicanos de la Cámara exigen nuevas restricciones a la inmigración como condición para respaldar la ayuda a Ucrania en su conflicto con Rusia, una prioridad para la administración Biden.
Otro punto en discusión es la detención obligatoria de migrantes durante el proceso de solicitud de asilo. Mientras los demócratas se oponen a una propuesta republicana de detener a todos los inmigrantes indocumentados, se ha logrado cierto consenso en la expansión del espacio de detención para que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) pueda retener a más migrantes, aunque no a todos.
Aunque los principales negociadores expresaron optimismo sobre la reducción de las diferencias, aún no hay un acuerdo definitivo. Aunque se esperaba presentar un marco a los legisladores esta semana, el senador James Lankford, principal negociador republicano, indicó que el texto del acuerdo no se dará a conocer esta semana. La administración Biden espera que cualquier acuerdo alcanzado tenga un impacto significativo en la gestión de la migración en la frontera.
Estas conversaciones revisten importancia en un año electoral, y los desafíos para llegar a un acuerdo en una reforma migratoria significativa son considerables. La última vez que el Congreso acordó una reforma migratoria significativa fue en 1986.