Después de más de un año de negociaciones, las conversaciones de conciliación entre la administración de Biden y grupos demandantes sobre el estatus de protección temporal fracasaron dejando a más de 250.000 personas en riesgo de deportación.
El litigio siguió a acciones concertadas de la administración Trump para poner fin al TPS para los ciudadanos de varios países entre ellos El Salvador, Honduras, Nicaragua, Haití, Sudán y Nepal como parte de sus esfuerzos para reducir el uso prolongado de las protecciones.
El TPS es una forma de ayuda humanitaria otorgada a países devastados por desastres naturales o guerras y permite a los beneficiarios trabajar legalmente mientras permanecen en los EE. UU. Creado en 1990, el programa se aplica actualmente a personas de 15 países.