Los Gobiernos de Estados Unidos y México han llegado a un acuerdo para abordar el aumento de cruces irregulares en la frontera sur de México y tomar medidas conjuntas destinadas a disuadir a los migrantes de realizar peligrosos viajes a través del continente en busca de asilo en Estados Unidos. Este pacto incluye la deportación de inmigrantes indocumentados a sus países de origen por tierra y aire, la posibilidad de que la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) expulse a los migrantes a través del puente internacional de Ciudad Juárez, así como la colaboración con varios países latinoamericanos para la recepción de sus ciudadanos deportados.
Además, se llevarán a cabo intervenciones en ferrocarriles y carreteras, se establecerán puntos de control en la ruta ferroviaria de Ferromex y se proporcionará un informe diario sobre el número de migrantes en el sistema de trenes al Sector de El Paso de la CBP. Asimismo, se habilitarán albergues en las puertas de Ciudad Juárez para brindar atención a migrantes, en particular a niños, niñas y adolescentes. Este acuerdo representa un esfuerzo conjunto para abordar la actual crisis migratoria y garantizar la seguridad en la frontera entre ambos países.