En un cambio significativo, los venezolanos se han convertido en la nacionalidad más arrestada por cruzar ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos. En septiembre, se registraron 54,833 arrestos de venezolanos por parte de la Patrulla Fronteriza después de ingresar desde México, más del doble de los arrestos de agosto. Esto marca un punto de inflexión en la historia de la migración hacia Estados Unidos.
Este aumento en la migración de venezolanos se produce en un contexto de crisis política, económica y humanitaria en Venezuela, que ha llevado a más de 7 millones de personas a abandonar el país en la última década. Inicialmente, muchos se establecieron en países vecinos de América Latina, pero en los últimos tres años, han comenzado a llegar a Estados Unidos, instalándose en ciudades como Nueva York y Chicago.
El gobierno estadounidense ha respondido otorgando el estatus de protección temporal (TPS) a cerca de 500,000 venezolanos que llegaron antes de una fecha específica, mientras que promete deportar a aquellos que lleguen ilegalmente después de esa fecha y no califiquen para asilo. Además, se han iniciado vuelos de deportación a Venezuela como parte de un proceso de normalización diplomática con el gobierno de Nicolás Maduro.
Este aumento en la migración no solo afecta a los venezolanos, sino también a las políticas fronterizas de Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos del gobierno para brindar alternativas legales a la migración, el flujo de migrantes no ha disminuido de manera significativa, lo que plantea desafíos para la administración de Biden en el contexto de las elecciones de 2024.
Aunque durante décadas, los mexicanos representaron la mayoría de los cruces ilegales, en la última década, la migración se ha desplazado hacia centroamericanos y más recientemente hacia personas de Suramérica, África y Asia. La administración Biden ha propuesto una inversión significativa en la frontera para abordar este desafío y ha enfocado sus esfuerzos en ofrecer nuevas vías legales para la solicitud de asilo y restricciones para aquellos que no las sigan.
En septiembre, el número de cruces alcanzó un nuevo récord mensual histórico, con 269,735 llegadas, incluyendo vías legales. Esta creciente migración plantea desafíos complejos para la política fronteriza de Estados Unidos y la gestión de la migración en el futuro.